SONIDEROS II

Por: Alfredo Barrón Silva
La cultura que se ha desarrollado en el ambiente sonidero, ha creado su propia industria. Así podemos encontrar cassettes grabados con bailes que se hacían en determinados barrios, ahora ya son discos compactos, pero también están las calcomanías, playeras, posters, llaveros y un sinfín de artículos promocionales. Todos ellos con un costo.
El caso de las grabaciones “sonideras”, las podemos identificar por el tipo de música que puede ser salsa, cumbia, guaracha y algunas ramificaciones y fusiones entre estos géneros. En las grabaciones podemos escuchar saludos a los asistentes y muchos nos hemos preguntado ¿paraqué, qué caso tiene, de que me sirve escuchar en medio de canciones un saludo a quien ni conozco? La respuesta es más sencilla de lo que parece; a través de un sondeo pregunte a varios compradores de este material y las respuestas generalizadas fueron: porque es como si estuviera ahí, me transporta, para entrar en ambiente en casa, entre algunas otras.
Los encuentros entre sonideros, sí son una competencia, el número de bocinas, los watts de potencia, las marcas de tu equipo, la iluminación, el personal involucrado para el montaje y los “oppening”, entrada o presentación; ésta totalmente efectista que te transporta a escenas Hollywoodences, voces distorsionadas, efectos especiales de sonido desde el un helicóptero aterrizando hasta rayos láser y sonidos alienígenas.
Tocar temas que aún no salen en radio o a la venta, tocarla antes que el otro sonido contra el que te enfrentas y por supuesto lograr con tu selección de canciones que en la pista no disminuya el número de bailadores.
La Changa, Royer 88, Maracaibo, Cariñoso, Fiesta Tropical, Nuevo Mundo, Dinastía Perea, entre otros podemos incluir a Polymarch y más recientemente el “sonido changorama”
Toda una cultura subterránea la de los sonideros, desafortunadamente nos dejan con la imagen del sonido estridente, humo, cigarros, alcohol y una que otra riña. Largas noches de cristales que retumban en las ventanas de las viejas vecindades, luces estroboscópicas que se logran ver a lo lejos, en los cerros de Pachuca, que los bailadores toman como la señal felina de la espada del augurio que indica en donde hay toquín. Pues inviten y a bailar…
abarron@uaeh.edu.mx